11/12/2010

Hay que proteger un cuarto de las tierras y un sexto del mar para evitar un colapso medioambiental


(NC&T) Poner un área más grande del planeta bajo protección es crucial para asegurar la biodiversidad y los recursos vitales que obtenemos de la naturaleza. Los hábitats naturales (y las especies y recursos genéticos que albergan) sostienen la economía mundial, y a varios miles de millones de personas que dependen directamente de ellos para las necesidades básicas, como son la comida y la vivienda. Actualmente, alrededor del 13 por ciento de la tierra firme del mundo y menos del 1 por ciento de la extensión de mar abierto están protegidos.
El análisis muestra que como mínimo hay que proteger el 17 por ciento de la tierra firme para lograr conservar las áreas que más prioritarias resultan por su diversidad biológica conocida, y un porcentaje adicional de entre el 6 y el 11 por ciento es necesario para asegurar el almacenamiento adecuado del carbono en los ecosistemas naturales.
El análisis deja claro que las áreas protegidas no incluyen sólo las reservas naturales, sino también áreas empleadas para usos múltiples, tales como el ocio y las actividades económicas sostenibles, o que tienen interés cultural o científico.
Según el análisis, la protección de un 25 por ciento de las tierras y el 15 por ciento de los océanos corresponde a un cálculo que es todavía preliminar y conservador. Este cálculo sólo tiene en cuenta la necesidad de hacer frente a la inmovilización en fondos oceánicos y suelos terrestres de carbono atmosférico, pero cuando se agreguen al inventario de necesidades otros servicios importantes de los ecosistemas (como por ejemplo el suministro de agua, la polinización de los cultivos, y la pesca), el porcentaje será mayor. Además, es probable que las áreas protegidas sean los únicos entornos naturales intactos que se conserven en las regiones altamente afectadas por la degradación del medio ambiente.