1/28/2011

EL FUTURO DE LOS TIBURONES" UN INFORME QUE ANALIZA SU SITUACION ACTUAL




                        Imagen: S hawn Heinrichs


EL Informe "The Future of Sharks: A Review of Action and Inaction" de Traffic y Pew denuncia el fracaso del plan de rescate lanzado por la ONU en 2001.

De los 20 países que capturan tiburón sólo 13 cuentan con planes nacionales.
Una década después de que miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus singlas en inglés) aprobara un plan internacional para la conservación de los tiburones, un nuevo informe encuentra que aún no se ha aplicado plenamente.

Con un 30 por ciento de todas las especies de tiburón ahora amenazadas o casi amenazadas de extinción, hay poca evidencia de que el plan haya contribuido significativamente a mejorar la conservación y manejo de estos animales.

El análisis, "The Future of Sharks: A Review of Action and Inaction (El futuro de los tiburones: Una revisión de la acción y la inacción)", realizado por la organización de monitoreo del tráfico de la vida silvestre, TRAFFIC, y el grupo medioambiestalista PEW, utiliza la información proporcionada por la sección de pesca de la FAO de las Naciones Unidas para identificar los Top-20 (países y otras entidades) en la captura de tiburones, y luego se evalúa si se han tomado las medidas de conservación y de gestión que se acordaron en el año 2001.

Hace diez años, los gobiernos acordaron un plan global para la conservación de los tiburones.

Se estima que 100 millones de tiburones son asesinados cada año, con casi un tercio de las especies en peligro de extinción.
Para muchas pesquerías el objetivo son las aletas para su uso en la sopa de aleta de tiburón, y un número de países, incluida España, han tomado recientemente medidas encaminadas a proteger especies.

Ninguno de los dos países que capturan la mayoría de los tiburones -- Indonesia y la India -- no ha finalizado aún los planes nacionales de acción para la protección de los tiburones.

Esta fue una de las principales recomendaciones del acuerdo de 2001 con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de que los tiburones necesitan de gestión internacional.

De los 20 países que capturan tiburón, que en conjunto representan el 80% de la captura mundial, sólo 13 cuentan con planes nacionales, y aún no está claro cómo han ejecutado esos planes o si han sido eficaces.

"El destino de los tiburones del mundo está en manos de los Top 20 pescadores de tiburones, la mayoría de los cuales no han podido demostrar lo que, en todo caso, están haciendo para salvar a estas especies en peligro", dijo Glenn Sant, director del programa marino global de TRAFFIC.

Estos Top 20 grandes pescadores de tiburones representan más de 640.000 toneladas anuales, casi el 80 por ciento del total de las capturas de tiburones reportados a nivel mundial. Los 10 principales, en orden, son: Indonesia, India, España, Taiwán, Argentina, México, Pakistán, Estados Unidos, Japón y Malasia.

Indonesia, India, España y Taiwán pescan más del 35 por ciento de todos los tiburones capturados anualmente, en base a sus propios datos reportados.

"Tienen que tomar medidas para detener el declive de las poblaciones de tiburones, y ayudar a asegurar que la lista de especies amenazadas por la sobrepesca no siga creciendo".

Los tiburones son especialmente vulnerables a la sobrepesca debido a que viven una vida larga y se reproducen lentamente.

Además de la pesca intencional, muchos son capturados accidentalmente en grandes redes y en los ganchos de barcos palangreros que pescan especies como el atún y marlin.

TRAFFIC y Pew están pidiendo a la FAO que se examine la aplicación del acuerdo de 10 años de edad, antes de una crucial reunión del Comité de Pesca la FAO de las Naciones Unidas (COFI), que tendrá lugar entre el 31 de enero y el 04 de febrero en Roma, Italia. Las dos organizaciones recomiendan que el COFI realice "una revisión exhaustiva de las acciones emprendidas que se toman para ordenar la pesca de tiburones".

Entre las 10 recomendaciones a los gobiernos en 2001 estaban la identificación y protección de hábitat,  la garantía de que las capturas fueran sostenibles, y la minimización de residuos y descartes.

Muchos tiburones son depredadores superiores, y hay una abundante evidencia biológica que muestra que su eliminación puede tener importantes repercusiones en el resto del ecosistema.

"Cuando las poblaciones de tiburones están sanas, la vida marina prospera bajo las olas, pero donde han sido sobreexplotadas, los ecosistemas están en declive", dijo Jill Hepp, gerente mundial para la conservación de los tiburones Pew.

La UE adoptó su plan de acción en 2009 y los buques españoles se rigen por él. Sin embargo, hay "vacíos legales", según critica la bióloga Sandrine Polti, del Pew Environment Group. En la UE está prohibido el aleteo, una práctica que consiste en amputar las aletas de los tiburones y tirar el resto del cuerpo por la borda de vuelta al mar. Los mercados asiáticos llegan a pagar hasta 500 euros por cada kilogramo de aleta seca, según la coalición Shark Alliance.

Pese a la prohibición, asegura Polti, los países europeos pueden conceder permisos especiales a los pescadores para que procesen los tiburones a bordo, "lo que permite que descarguen las aletas en un puerto y los cuerpos en otro, pero facilita que se practique el aleteo". Según la bióloga, sólo España y Portugal otorgan estas licencias.

El Ministerio de Medio Ambiente prevé tener listo el nuevo Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en marzo. "El actual no incluye ninguna especie de tiburones ni de rayas, no hay ninguna especie estrictamente protegida", critica Polti. Las organizaciones conservacionistas piden al Gobierno que incluya especies como el tiburón blanco, los angelotes o el tiburón peregrino. Además, piden que haya cuotas para la pesca de tintoreras y marrajos dientusos, ahora capturados sin límite porque no se consideran amenazados. España es responsable del 95% de las exportaciones de aleta de la Unión Europea gracias a estas dos especies.

"Los países y entidades que practican la captura de tiburones deberán mantener sus promesas y actuar ahora para conservar y proteger estos animales".

Fuente: Informe "The Future of Sharks: A Review of Action and Inaction" http://www.pewtrusts.org/uploadedFiles/wwwpewtrustsorg/Reports/Protecting_ocean_life/TRAFFIC_PEW_IPOA_FINAL_singles.pdf

M. Lack and Sant G. (2011). The Future of Sharks: A 
Review of Action and Inaction. TRAFFIC International 
and the Pew Environment Group. 
TRAFFIC, the wildlife trade monitoring network, works 
to ensure that trade in wild plants and animals is not a 
threat to the conservation of nature. 
The Pew Environment Group is the conservation arm 
of The Pew Charitable Trusts, a nongovernmental 
organization that applies a rigorous, analytical 
approach to improve public policy, inform the public 
and stimulate civic life.





DOCUMENTAL SHARKWATER


La película Los Señores del Mar (Sharkwater), es una convencida defensa de la amenazada especie de los tiburones, víctimas de su mala reputación y de la desmesurada demanda asiática de sus aletas para preparar la conocida sopa.
“Cada año se matan millones de tiburones; dentro de 5 o 10 años habrán desaparecido muchas especies de este animal”, se lamenta Rob Stewart, director del film.
Muy triste situación para un animal que apareció hace más de 400 millones de años, mucho antes que los dinosaurios, y que ha sobrevivido a cinco grandes crisis de extinción de especies.
La película empieza con hermosas imágenes de escualos evolucionando en el grand bleu (océano), indiferentes a los submarinistas que los rodean. “Empecé el rodaje hace seis años, cuando tenía 22”, explica Rob Stewart, que además es biólogo y fotógrafo submarino. “Al principio, sólo quería hacer un documental bonito”, añade. Pero se unió a los miembros de la Sea Shepherd Conservation Society, fundada por Paul Watson, un ex de Greenpeace, y embarcó con ellos en el Ocean Warrior para una campaña contra la pesca ilegal de tiburones en aguas de Costa Rica y Ecuador.
El documental se transformó entonces en una película de acción, con una rocambolesca carrera-persecución entre pescadores y ecologistas en pleno océano Pacífico.
La cámara hace hincapié en los tiburones que son izados a bordo, los pescadores que les rebanan las aletas y los devuelven al agua, todavía vivos durante algunas horas o algunos días de agonía. Imposibilitados para nadar, se desangran y mueren lentamente, asfixiándose.
“La aleta reporta mucho dinero, unos U$S 500 por kilo, pero la carne del tiburón no vale gran cosa”, explica Rob Stewart. Por eso los pescadores sólo se quedan con las aletas, que ponen a secar al sol, y desestiman el resto, que habría que conservar en cámaras refrigeradas.
La aleta de tiburón es una exquisitez tradicional en Asia –sobre todo, en China–, cuya sopa se suele servir en las bodas. La demanda se ha disparado estos últimos años, y cuanto más escasean los tiburones, más dinero deja su pesca. Rob Stewart se indigna porque estos animales no están protegidos por la reglamentación internacional; incluso fue rechazada una petición en ese sentido durante una conferencia celebrada por la CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas), en junio de 2007. Y observa que los elefantes y los cocodrilos, que matan anualmente a más personas que los tiburones, sí están protegidos.
“He pasado miles de horas bajo el agua con tiburones y nunca fui atacado”, defiende Rob Stewart; y denuncia la imagen que han dado de este animal películas como Tiburón.
Difícil, según él, imaginarse el planeta sin los tiburones, que juegan un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas marinos.

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