El pasado fin de semana fue el de mayor actividad que recuerdan los pescadores de Acapulco. Miles de sardinas, anchoas, lubinas y caballas han llegado en masa a las costas del balneario mexicano, en un movimiento vinculado por las autoridades de aquel país al devastador tsunami japonés.
Los pescadores de la zona, primero sorprendidos por cardúmenes de peces que parecían manchas de petróleo, pronto vieron que el agosto llegaba a sus lonjas. En la orilla de la playa “La Angosta”, ubicada en el Acapulco tradicional, entre 20 y 30 pescadores se apresuraron a dejar sus embarcaciones a motor de madera, a abandonar sus cañas y redes…para pescar a base de cubos.
OPINIONES SOBRE ESTE FENÓMENO
Mientras que el presidente de la cooperativa de pescadores, José Luis Morales Zavaleta, cree que este hecho se debe a que especies de peces más grandes buscan alimento y los peces más pequeños huyen hacia las orilla, el subdelegado de pesca de la Secretaria de Agricultura y Ganadería, Víctor Zamora Domínguez, afirma que este fenómeno ha sido ocasionado por los efectos en las corrientes marítimas a raíz del terremoto en Japón, lo que alteró los rumbos, la temperatura del agua del mar y atrajo bancos de peces que permanecieron durante horas en dicho balneario turístico.
Aunque es una teoría plausible, los expertos no pueden estar seguros: “Sería caer en esa categoría en la que me encantaría hacer la conexión, pero ¿quién sabe?” , afirma Rich Briggs, un investigador del Servicio Geológico de EE.UU. “Los tsunamis pueden cambiar las corrientes locales, pero es difícil establecer una conexión firme a tan larga distancia”.
Mientras tanto, algunos turistas que se encontraban en la zona disfrutaron del espectáculo e, incluso, algunos se unieron a los pescadores a pie, a pesar de la alerta emitida por las autoridades para no meterse al mar ante la posibilidad de un incremento del oleaje provocado por el tsunami en Japón.