Un estudio independiente realizado por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) revela que un sistema internacional para el rastreo del atún que se utiliza para preservar la especie está plagado de errores, informa Steve Bradshaw para la BBC .
A menos que los proveedores de atún rojo del Mediterráneo puedan probar que su pescado fue capturado de manera legal y sustentable, se pedirá a los comensales de Japón que les compran el pescado que disminuyan el consumo del popular ingrediente para el sushi.
El asesor principal de la Agencia de Pesca de Japón, Masanori Miyahara, fue más lejos aún, al sugerir que los consumidores de ese pescado deberán “olvidarse del atún por el momento.”
Estos comentarios surgen antes de una conferencia que se celebrará en Paris la semana próxima, en la que podría decidirse el destino de la especie.
Las declaraciones de Miyahara surgen en respuesta a la permanente inquietud de los japoneses de que sus proveedores europeos de atún rojo no puedan demostrar que se abastecen del pescado como corresponde.
Luego de analizar el comercio durante meses, ICIJ, con sede en Washington, opina que más de uno de cada tres atunes rojos capturados en el Mediterráneo y el Atlántico oriental entre 1998 y 2007, se pescó ilegalmente.
Según la organización, las capturas ilegales derivaron en un comercio no oficial de atún rojo que mueve USD 4.000 millones.
De acuerdo con el artículo publicado por la BBC, Miyahara está especialmente preocupado por el Documento de Capturas de Atún Rojo (BCD), un sistema de rastreo de atún que comenzó a utilizar Japón en 2008 y que es recopilado por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT).
Según el sistema, se identifica con un número cada captura o carga en las redes para que se pueda rastrear a través de toda la cadena de abastecimiento.
Pero si bien el BDC también permite que las granjas atuneras y los países exportadores demuestren que sus capturas son legales y cumplen con las cuotas establecidas por la ICCAT, Japón rechazó miles de toneladas de atún rojo porque argumenta que los proveedores no pueden probar que se trata de pescado legal, debido a irregularidades con la documentación.
“El 80% de las capturas con cerco carecen de algo: no indican un país, no brindan ningún dato relevante, información que indique si el pescado el legal”, explicó Kate Willson, del ICIJ.
El Dr. Jean-Marc Fromentin, del comité científico de la ICCAT, afirma que no hubo voluntad política para imponer la cuota oficial de pesca.
“Uno se da cuenta de que en lo que respecta al atún rojo, todos los países mienten”, recalcó.
Representantes del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) interpretan los resultados del estudio de ICIJ como una prueba de las advertencias que la organización hizo en repetidas veces sobre el objetivo de captura.
“Ni los consumidores, ni los empresarios, ni el Gobierno pueden estar seguros de que manejan atún capturado y comercializado de manera responsable, lo que perjudica toda la cadena. Los encargados de tomar las decisiones en la ICCAT tienen el poder para poner fin a esta barbaridad de una vez por todas en el encuentro que se llevará a cabo en París este mes”, dijo el Dr. Sergi Tudela, director de Pesca del WWF del Mediterráneo.
Fuente: FIS
Notas:
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites) descartó el pasado marzo proteger el atún rojo, con el argumento principal de que Iccat ya vela por esta pesquería.
La organización debe fijar un plan de recuperación de la especie para los próximos tres años y la cuota total de capturas para el 2011. El comité científico de Iccat ha recomendado que esta sea de entre cero y 13.500 toneladas (la misma cantidad que la campaña pasada), en función de la rapidez con que los estados quieran que el menguado estoc se restablezca.
El mercado negro del atún mueve miles de millones de dólares.
El ICCAT debe tomar medidas con urgencia para proteger la supervivencia del atún rojo.
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