Un equipo de científicos presentan una nueva especie de esponja de los fondos sumergidos de la Antártida, y debido a las similitudes de esta con el famoso caramelo con palo, el Chupa-Chups, le han puesto como nombre científico 'Stylocordyla chupachups'.
Los investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), y del Centro de Estudios Avanzados de Blanes(CEAB-CSIC), han confirmado la presencia de una nueva especie de esponja en en aguas del polo sur y que denominaron primeramente 'Stylocordyla boreales'. El estudio ha sido publicado en la revista Polar Biology.
"Le hemos puesto el nombre del caramelo como homenaje a nuestros hijos pequeños, que son los que más sufren nuestra ausencia cuando nos embarcamos en expediciones durante meses a océanos lejanos como el Antártico", comenta el investigador del departamento de Biología Marina y Oceanografía del ICM-CSIC, Josep Maria Gili, y miembro del grupo que recogió por primera vez este tipo de esponjas en su segunda campaña antártica en el año 2000.
Biodiversidad marina
Las esponjas son uno de los grupos de invertebrados predominantes a los mares del Antártida. Representan aproximadamente el 75% de la biomasa de las comunidades bentónicas (organismos que viven sobre sustratos al fondo del mar), especialmente entre 100 y 200 metros de profundidad. Junto con su omnipresencia, las esponjas antárticas destacan por su diversidad: hasta ahora se han registrado unas 350 especies diferentes, entre las cuales se ha sumado recientemente la 'Stylocordyla chupachups'.
En concreto, la esponja-Chupachups rechaza los fondos duros de la plataforma continental del mar de Weddell y prefiere las superficies horizontales o inclinadas. Las poblaciones más densas se encuentran a entre 150 y 300 metros de profundidad y cada vez que se produce un desprendimiento de bloques de hielo de un iceberg (hecho que destruye el fondo marino), es de las primeras especies a repoblar el ecosistema. Los nutrientes almacenados al hielo se precipitan al fondo del mar y la vida crece de nuevo. Por este motivo se puede deducir que la presencia de estas esponjas indica que ha habido una colonización recientemente.
El hallazgo pone de manifiesto la diversidad biológica de las aguas polares y para advertir que "las especies más comunes en las aguas antárticas son exclusivas de este continente", declara Josep María Gili. Tan específicas son estas esponjas que parece ser que acumulan 30 millones de años de aislamiento.
Plantas endémicas
Pradera de 'Stylocordyla chupachups' en la Antártida. CSIC
El hallazgo de esta nueva especie ha roto con una de las creencias dentro del ámbito de la biodiversidad marina, la bipolaridad. Esta consiste en que una determinada especie habita a la vez en los dos polos del planeta. Contrariamente a este patrón, la 'Stylocordyla chupachups', al igual que muchas de las especies de la Antártida, es endémica de este continente, es decir, que sólo se encuentra en esta zona. Este hecho está relacionado con el origen del Antártida (el antiguo continente de Gondwana), región que no está vinculada a los continentes que conforman hoy en día los mares del hemisferio norte.
Las esponjas en general son un grupo de invertebrados conocidos desde tiempos remotos pero no hay muchos estudios sobre ellas. Los robots submarinos han puesto de manifiesto que, por debajo los 50 metros de profundidad, las esponjas dominan el ecosistema. La simplicidad de estos organismos hace que sean muy eficientes y se adapten fácilmente a cualquier entorno. Su alimentación consiste en partículas que se precipitan al fondo desde la superficie marina.
Fuente: El periódico.com